Por: MMT. Alberto Faz-Mendoza
CEO en KODEM Consulting Group.
La segunda década de este siglo inició de manera compleja para la humanidad. Apenas comenzaba y nos enfrentamos a una pandemia que ha cambiado nuestra realidad y el regreso a la “nueva normalidad” se vio frustrada por la guerra de Ucrania-Rusia que desencadenó una crisis energética y de alimentos, enfrentando al mundo a problemas que esfuerzos previos han tratado de solucionar.
De acuerdo con la asociación México ¿cómo vamos?, la economía mexicana tiene un nivel similar al del 3er trimestre de 2019, el PIB actual ya recuperó el nivel observado previo a la pandemia, sin embargo, alcanzar una recuperación de los ingresos promedio de los mexicanos requiere de un crecimiento económico que compense el crecimiento demográfico. Actualmente nuestro PIB per cápita está en niveles de 2014.
En los albores del 2023 el mundo enfrentó riesgos que parecen nuevos, pero resultan familiares. Vemos el regreso de riesgos “viejos” como inflación alta, crisis del costo de la vida, guerras comerciales, fuga de capitales de mercados emergentes, descontento social, confrontaciones geopolíticas y el fantasma de la guerra nuclear. Es claro que pocos de los líderes empresariales y creadores de políticas públicas actuales han experimentado estos riesgos.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial nuevos riesgos globales convergen para dar forma a una década incierta, única y turbulenta. Los siguientes diez años enfrentaremos niveles de deuda difíciles de sostener, baja inversión global, disminución de desarrollo humano luego de décadas de avances, desarrollo rápido y sin restricciones de tecnologías civiles y militares y el impacto del cambio climático con pocos resultados en la implementación de acciones que eviten el calentamiento global.
El Informe de Riesgos Globales 2023 presenta los resultados de la última Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (GRPS), realizada por el Foro Económico Mundial. A continuación, se presentan los hallazgos clave del informe.
La crisis del costo de vida domina los riesgos globales en los próximos dos años, mientras que el fracaso de la acción climática domina la próxima década. Por otra parte, los tres riesgos globales a corto plazo además del costo de la vida son: los desastres naturales y eventos climáticos extremos; la confrontación geoeconómica y el temor a fallar en la mitigación del cambio climático.
Los cuatro riesgos a largo plazo más impactantes se relacionan con el medio ambiente y son: el fracaso en mitigar el cambio climático aunado a la falta de adaptación; los desastres naturales causados por eventos climáticos extremos; la pérdida de la biodiversidad y el colapso de los ecosistemas.
El sector tecnológico será impulsado por la intervención del Estado y la inversión privada. Ambos estimularán durante la siguiente década la investigación y el desarrollo de tecnologías emergentes, logrando avances en inteligencia artificial, computación cuántica, biotecnología y ciberseguridad, entre otras.
El reporte describe futuros potenciales basados en las crisis de alimentos, agua, metales y minerales, que podrían desencadenar múltiples conflictos humanitarios y ecológicos. Las relaciones desconocidas entre los riesgos globales obligan a prever acciones que ayuden a anticipar conexiones posibles, prepararnos para minimizar los impactos antes de que surjan las crisis.
Algunos de los riesgos globales reportados este año por el Foro Económico Mundial nos compelen a actuar de manera colectiva, decidida, y con una visión de largo plazo para dar forma a un ruta hacia un mundo más positivo, estable e inclusivo.