Por Mtro. Alberto Faz Mendoza
Llevar a tu empresa al siguiente nivel puede ser lo que ahora estás soñando, y no saber cómo, es una situación más común de lo que crees en el ámbito empresarial. Implica desarrollar habilidades, destrezas, conocimientos, actitudes y valores especiales en ti y en tu equipo de trabajo.
El desarrollo de las condiciones descritas arriba requiere decisión y templanza, dos actitudes esperadas en todo liderazgo empresarial, pero difíciles de mantener como hábitos. Debemos comenzar el camino de la construcción de una empresa inteligente, y para ello es necesario que abras tu mente al aprendizaje y la implementación de mejores prácticas apoyadas con el hábito de evaluar y medir lo que se hace.
En esta entrega hablaremos de una hoja de ruta que lleve a tu MiPyME al siguiente estadio de competitividad y eficiencia organizacional.
El paso uno es asegurar que existe una visión de tu negocio, bien clara y definida, compartida con tus empleados, pero sobre todo que ellos estén convencidos de que esa visión también los representa.
Si tus colaboradores son capaces de ver tu visión, crecen las probabilidades de alcanzarla. Mantén el enfoque y la energía de todos hacia una sola cosa y los resultados serán impresionantes.
El segundo paso es vital, integra a tu equipo a personas de excelencia, no te conformes con medianías, no es posible construir una empresa inteligente sin ayuda. Mantén en tu empresa a las personas que siempre están por encima de la línea del
deber. Evita a aquellas personas que dañan tu misión, pero es primordial que ayudes a que tus empleados estén en los puestos correctos.
El análisis inicia revisando la estructura de tu empresa, responder a la pregunta: ¿las personas adecuadas ocupan los puestos correctos?
El paso número tres: los indicadores de desempeño. Administra tu negocio a través de un tablero de control de indicadores clave. Desarrolla el hábito de medir, evaluar aspectos tangibles que te evitarán la subjetividad en las evaluaciones del desempeño. Revisa semanalmente entre 5 y 10 métricas, con ello tendrás la radiografía del funcionamiento de tu empresa. Hazlo desde dónde estés, y al revisar constantemente los números, sabrás identificar y solucionar con rapidez los problemas que surjan. El paso cuatro se refiere a diagnosticar las trabas. Se trata de las causas raíz que impiden ejecutar tu visión eficientemente. El éxito de tu empresa radica en su habilidad para resolver las problemáticas, aquello que traba tu buen desempeño.
Realiza una lista de trabas y prioriza su nivel de impacto. Trabaja en aquellas cuyo impacto sea alto y asigna responsabilidades. Todos tus colaboradores deberán tener al menos una traba en la cual trabajar.
Por último, trabaja en los procesos, son tu forma de hacer negocio. Deja de improvisar, empieza a documentar la forma en que quieres que todo se realice en tu empresa. La tarea es identificar los procesos nucleares de tu negocio y documentarlos con vistas a mejorarlos continuamente.
En resumen, las empresas inteligentes tienen una visión y la comparten con sus empleados; las personas adecuadas están en los puestos apropiados; observan y evalúan un conjunto de métricas de forma semanal; resuelven las trabas que impiden
ejecutar su visión y documentan y mejoran sus procesos nucleares. Sin olvidarse de las personas, aumentan la confianza sin descuidar la rendición de cuentas.