Por: MMT. Alberto Faz-Mendoza
CEO en KODEM Consulting Group.
Ayudar a los empleados a desarrollar los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que necesitan para su trabajo es una de las funciones esenciales de los líderes de las empresas, es una actividad primordial tanto para afrontar los retos complicados del ámbito laboral como para estar atentos a los cambios futuros.
Los modelos de trabajo remoto e híbrido, poco usuales antes de la pandemia, agregaron nuevas complejidades a las ya existentes en el mundo laboral. Hoy los empleados están pensando en renunciar a sus empleos en el futuro próximo. Según la Encuesta de esperanzas y miedos de la fuerza laboral, realizada a finales de 2022 por PwC, dos de cada diez trabajadores están consideran cambiar de empleo dentro del lapso de un año.
La alta tasa de rotación de personal es uno de los aspectos que todo empresario debe evitar, no sólo porque genera un ambiente laboral incierto y confuso, sino que además implica costos ocultos ocasionados por los gastos de entrenamiento recurrente, así como por el aprendizaje perdido.
El aprendizaje puede apoyar a la conexión motivada del empleado con la organización. Una organización adaptable y resiliente debe ser capaz de atraer y retener a los mejores talentos, aquellos comprometidos tanto con su propio éxito como con el de la empresa. El empresario deberá aprender a liderar en una cultura que refuerce el aprendizaje constante.
Prepararse para el futuro sigue siendo una necesidad empresarial, sobre todo en tiempos complejos. Las empresas precisan mantenerse al ritmo de los cambios y avances tecnológicos y atraer talento con las habilidades adecuadas para ir siempre un paso adelante de su competencia.
Lograr la agilidad ante el cambio es una garantía ante el acelerado avance de la adopción digital, que se experimentó como respuesta a la pandemia. Casi seis de cada diez empleados aseguran que tuvieron que transformar sus habilidades desde el inicio de la pandemia. Preparar a los empleados para adaptarse rápidamente según sea necesario, aumenta la competitividad y en consecuencia le permite a la empresa adelantarse a la competencia.
Una cantidad importante de empleados tienen la disposición para aprender, el factor de éxito está en entregarles programas de desarrollo de habilidades que se adapten a sus posibilidades económicas y de tiempo. En la encuesta de PwC, casi ocho de cada diez de los trabajadores cuestionados indicaron que están listos para adquirir nuevas habilidades o aprender desde cero, y un 74 por ciento considera a la capacitación como una responsabilidad personal.
Los empleados deben ir más allá, y enfrentar los avances tecnológicos acelerados con una actitud de aprendizaje. Desarrollar las habilidades digitales pertinentes que mejoren su desempeño laboral implica la construcción de un nuevo acuerdo empleado-empleador orientado a facilitar los procesos de capacitación en el lugar de trabajo.
Los nuevos esquemas de entrenamiento deben asegurar de manera deliberada un monitoreo del aprendizaje mediante herramientas de gestión que generen autonomía, responsabilidad y compromiso entre los miembros de un equipo de trabajo. Las habilidades en tendencia para impulsar a los colaboradores son: comunicación, gestión de proyectos, liderazgo, agilidad, análisis de negocios y gestión en general.
Cada vez más los empleados adquieren consciencia sobre la importancia de aprender nuevas habilidades, las esenciales permiten una cultura más fuerte y hace posible la participación comprometida del talento y una fuerza de trabajo más preparada. Una estrategia integral y adaptada a las necesidades individuales prepara a las organizaciones para el crecimiento futuro.