Por Mtro. Alberto Faz Mendoza

Es probable que durante los siguientes cinco años sigamos hablando de los efectos de la pandemia Covid-19 en lo social y económico. Se suman los procesos inflacionarios, la transformación tecnológica y los cambios generacionales que modificaron nuestra relación con el trabajo. La mejor manera de enfrentar el futuro es entendiendo cómo estos cambios afectan a la fuerza laboral y a la cultura empresarial.


En 2022 comprendimos que la fuerza laboral cambió sus expectativas sobre los ambientes de trabajo y ahora cuenta con más elementos al elegir un empleo. Encontrar el talento ideal es una actividad muy compleja y el 2023 se caracterizará por el reto de adquirir y retener el talento al tiempo que se construyen organizaciones más humanas enfocadas a la creación del sentido de pertenencia de los colaboradores.


En esta entrega hablaremos de las tendencias que deberá tomar este 2023 para impulsar la estrategia de recursos humanos en su empresa.


La primera tendencia es la búsqueda de un liderazgo efectivo. Se sabe que el rol del líder y la manera en que dirige a los equipos han cambiado debido a los requerimientos del entorno y de las personas. Hoy la figura del líder se entiende como un habilitador de resultados mejores y más sostenibles. El liderazgo ya no es tarea solo del responsable del equipo, ahora se espera que cada integrante se perciba como un elemento fundamental cuya misión es crear ambientes ágiles y enfocados al logro de los objetivos.


La segunda tendencia es la gestión del cambio como objetivo prioritario de la organización. Todas las empresas viven procesos de cambio que son vitales para la adaptación a nuevos entornos, sin embargo, los cambios son cada vez más frecuentes y el esfuerzo de los colaboradores se refleja en el fenómeno de cansancio o burn out que se relaciona con la alta
rotación.


La tercera tendencia es optimizar las fuentes de reclutamiento. El talento como pieza clave para el logro de los objetivos organizacionales se vuelve un capital valioso por su condición de catalizador de equipos de alto desempeño con el conocimiento técnico y las habilidades blandas adecuadas para afrontar las complejidades del entorno actual. En ese sentido, para el 2025 al menos la mitad de los empleados en el mundo necesitarán volver a capacitarse en la adopción de nuevas tecnologías.


La cuarta tendencia es lograr una experiencia positiva del colaborador. Vinculada con la tendencia anterior, no es suficiente mejorar el reclutamiento, además es necesario crear un ambiente ideal con oportunidades de desarrollo y un plan de vida y carrera profesional individualizado, relevante y alcanzable. Realizar una hoja de ruta basada en las habilidades y el
potencial del talento humano es primordial para desarrollarlos. Predecir las motivaciones, necesidades y propósitos de los colaboradores se vuelve una ventaja competitiva frente a otras organizaciones.


La quinta tendencia es el futuro del trabajo. La digitalización no es el reto más importante en el entorno laboral, sino la humanización del trabajo. El rápido avance tecnológico en las organizaciones y los cambios constantes provocan el surgimiento de nuevos escenarios laborales y de negocio. Las organizaciones deberán revisar su planificación estratégica y
valorar la implementación de cambios.


Las empresas deberán crear nuevas maneras de relacionarse con sus colaboradores, al tiempo que el talento aporta nuevo valor a la organización.

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